Riesgo de división en el SNTISSSTE de no elegir líderes democráticamente 

Luis Miguel Victoria, al acudir a Jalisco a entregar a los trabajadores que ganaron regalos en la rifa con motivo de los días del niño y de las madres, da la impresión de estar en campaña. Hace unas semanas calificó de "absurdo" que se hablara que buscaba generar condiciones para una nueva reelección de cuatro años por problemas de salud que enfrenta

Por el Pordiosero

Luis Miguel Victoria ha calificado de “absurdo” que se diga que si encuentra condiciones propicias buscará reelegirse por otros cuatro años más en la presidencia del SNTISSSTE. No tiene condiciones de salud, ha argumentado.

Sólo que las acciones de los últimos días o lo desmienten o muestran que cambió ya de opinión. Parece estar en campaña por la reelección. Igual ocurrió en 2017, cuando dijo primero que concluiría su gestión y entregaría la presidencia a su sucesor; pero después justificó que la administración en el ISSSTE que entonces dirigía José Reyes Baeza le había pedido que se mantuviera en el liderazgo, por lo que fue necesario acabar con una tradición en ese sindicato que el dirigente en turno sólo podía estar una gestión.

Para que Victoria Ranfla fuese el primero en mantenerse más allá de los cuatro años, fue necesario reformar el artículo 42 del estatuto que prohibía la reelección. Liquidó políticamente a quienes se le opusieron: Roberto Ruvalcaba, Blanca Pérez Viramontes, Marco Antonio Silva Hermosillo y José Luis Saucedo Monzón.

Incentivó la ambición de Rafael Salamanca, Juan Noé Hernández, Gustavo Cosío y de los hermanos Mario Armando y Ricardo Ordaz para que rompieran con la doctora Marisol Galindo y acabaran con el liderazgo que desde hacía más de quince años mantenía en la sección 3 “Clínicas de medicina familiar”. No le disputaría nunca más el liderazgo, como lo hizo en 2013.

Mantuvo intacta su alianza con el cacique en la sección 6 “Estancias de bienestar infantil”, Francisco García Culebro, permitiéndole el control del multimillonario fondo de la comisión nacional de auxilios a través de su hijo Erick Arturo García Salamanca Varela, al que designó presidente. Ha sido cómplice en el corrupto manejo de esos dineros en los últimos ocho años.

Una vez reelecto, fortaleció el cacicazgo en su sección, la 4 “Clínicas de especialidades”, en la que colocó a la enfermera Lucía García Rojas.

Y fortaleció el grupo a través del cual controla la estructura sindical: Guillermina Galindo -su hija Gabriela Eugenia Barragán Galindo es suplente en la comisión mixta de uniformes-, el arquitecto Ernesto Pacheco, Guillermo Rojas, Claudia Medina y Susana Zepeda. En la oficialía mayor colocó a Raúl Arellano, y a Francisco Alonso Jácome le encomendó todas las compras. Desplazó los liderazgos seccionales.

El proyecto de reforma al estatuto bajo el que se realizará la elección de dirigentes para los próximos cuatro años, la encomendó a Ulises Cortés -quien obedece al cacique García Culebro-, Guillermina Galindo, Ernesto Pacheco, Mario Armando Ordaz y Alberto Noé Berumen. Sólo ellos saben si el registro de candidatos será individual o por planilla, requisitos adicionales, formas de financiamiento, tiempo de campaña y facultades del comité electoral.

El control total de la estructura sindical, le permite al presidente del SNTISSSTE el manejo de los tiempos, sin que ninguno de los 52 integrantes del comité ejecutivo nacional y los 48 secretarios generales seccionales puedan oponérsele. La inconformidad por la prórroga de la gestión que temen pudiera extenderse un año con el argumento que la pandemia de la Covid-19 no permite reuniones masivas, no ha emergido de manera abierta, pese a que en diversos centros de trabajo se han colocado mantas contra una eventual reelección y con la exigencia con claridad en el manejo de los dineros.

A fines de la de la semana pasada, Victoria Ranfla estuvo en Jalisco para entregar los regalos que trabajadores de esa sección ganaron en la rifa con motivo de los días del niño y de la madre. Lo acompañó el capitán Fernando Díaz Cendejas, subdelegado de administración y por tanto encargado de la Delegación Estatal del ISSSTE.

Parece estar en campaña por la reelección. Y es que en Jalisco hace un par de meses busco infructuosamente unificar a los ex secretarios generales seccionales, en lo que fracasó. La entrega de los regalos obtenidos, parece un buen pretexto en la búsqueda de otros objetivos.

¿Por que no acudió a la sección de las clínicas de medicina familiar de la Ciudad de México a entregar personalmente los regalos obtenidos por los trabajadores? Unas horas antes, recibió a los dirigentes seccionales a quienes los entregó para que los hagan llegar a los ganadores.

¿Será porque tiene la seguridad que el grupo que mantiene el control en la sección de las clínicas de medicina familiar lo obedecerán incondicionalmente, mientras en Jalisco su influencia no es determinante?

Parece estar en campaña. Apenas a principios de julio, Victoria Ranfla afirmó, refiriéndose a las voces que han hablado de intentos reeleccionistas:

“Es muy claro que su servidor por ningún motivo está en condiciones de una reelección, si acabamos de tener este infarto fuerte el 20 de marzo. Es absurdo quien diga que su servidor está en busca de una reelección”.

En el supuesto que las condiciones no favorecieran la reelección, el candidato oficial a la presidencia del SNTISSSTE será Raúl Arellano, por la cercanía que presume con figuras relevantes del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, toda vez que la precandidatura de la doctora Norma Liliana Rodríguez Argüelles no se consolidó.

Arellano ha externado que si bien hay un precandidato -refiriéndose al vicepresidente, Hilario Ramírez Chávez– que mantiene ventaja en la construcción de su candidatura, aún hay tiempo para ganarle. Sólo que él primero deberá garantizar el apoyo de la sección 40 “Transportes”, lo que no tiene garantizado, tras haber fracasado en convencer a Teresa López para que frenara el activismo de su hijo Daniel Castro, en la sección de Victoria Ranfla.

El manejo inadecuado del proceso de elección, puede conducir a ese sindicato -el cuarto en membresía de la burocracia nacional- a enfrentar el riesgo de la división.

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