Sobrecargos de Aeroméxico revisan contrato colectivo, con nubarrones de desaparición de su sindicato 

El contrato colectivo de trabajo termina el 31 de mayo, fecha en que también cumple 10 años de vigencia el anexo B que regula la relación laboral de más de la mitad de los trabajadores con menores salarios y prestaciones económicas.

Quien necesita llevar siempre puesta una máscara algo tiene que ocultar

Beatrice Salvioni, en la novela “La malnacida”

 

 

El Pordiosero

 

A menos de mes y medio del vencimiento del contrato colectivo de trabajo y de los diez años de vigencia del anexo B con Aeroméxico, la Asociación Sindical de Sobrecargos de Aviación (ASSA) de México enfrenta una severa crisis con más de una tercera parte de su dirigencia sin reconocimiento legal.

 

La situación de la organización gremial es de tal gravedad que no es excesivo asegurar que está en riesgo su existencia.

 

La gestión de su actual secretaria general, Ada Hermelinda Salazar Loza, ha sido tan errática, que la comisión de vigilancia le reprochó que en la solicitud de reconocimiento legal a la elección de tres secretarías, vocalías y una delegación al Centro Federal de Conciliación y Registro Laboral, el apoderado legal, Carlos Octavio Carral Hernández no hubiese acreditado personalidad y no hubiese votado la mitad de los trabajadores.

 

En noviembre, ASSA de México llamó a elecciones para la tercera parte de la dirigencia Sin embargo, a los ganadores no les fue entregada la toma de nota -reconocimiento gubernamental- por no haber cumplido con la ley laboral, al no haber votado la mitad más uno de los trabajadores.

 

Como consecuencia de la falta de reconocimiento legal, las secretarías de trabajo, tesorería y prensa, y las vocalías de las comisiones de hacienda y vigilancia, del tribunal de honor y justicia, sobrecargos y ejecutivos y la delegación de transportes Aeromar se encuentran acéfalas desde el 1 de febrero en que debieron iniciar funciones los ganadores.

 

En un intento por medio subsanar la irregularidad, la señora Salazar Loza planteó que los triunfadores de las elecciones fungieran como auxiliares en las carteras por las que compitieron. Sólo que la decisión violenta lo previsto por el estatuto de ASSA de Mexico.

En efecto, la fracción V del artículo 58 estatutario, contempla que entre las facultades del comité ejecutivo de ASSA de México se encuentra la designación de auxiliares. Son los titulares de las carteras los que lo solicitan, por lo que no es atribución de la secretaria general.

 

Por lo tanto, al haber sido la señora Salazar Loza la que decidió que quienes resultaron electos y no recibieron el reconocimiento gubernamental se desempeñaran como auxiliares, es ilegal.

 

A la tercera parte de la dirigencia sin legalidad, se suman otras dos secretarías del comité Ejecutivo v de ASSA de México también acéfalas: la de conflictos y la de previsión social.

 

La secretaria de conflictos es María Lizbeth Contreras. La secretaria general por cuestiones personales les quitó sus funciones. El suyo es un caso de llamar la atención, porque de acuerdo con el estatuto, debió asumir la secretaría de trabajo, la cual a su vez en caso de ausencias de la señora Salazar Loza, la sustituiría.

 

Por cuanto a la secretaría de previsión social, su titular, Krizia Zoe Piotrowski Cisneros, renunció a partir de 31 de enero por motivos de salud.

 

En un escrito que entregó a la asamblea general -fechado el 8 de enero-, le solicitó a la señora Salazar Loza no interferir en las funciones que le correspondían hasta que se hiciera efectiva su renuncia. “Que exista el liderazgo de su parte por única y última ocasión para trabajar en común para realizar una transición justa, transparente y ordenada”.

 

En noviembre próximo, la organización sindical debe convocar a elecciones para otra tercera parte de la dirigencia. Se pondrán en juego las secretarías de conflictos, previsión social, interior y actas y acuerdos, y las presidencias del tribunal de honor y justicia y de la comisión de hacienda y una delegación.

 

Respecto a la elección de noviembre de 2023, la presidenta y la vocal de la comisión de vigilancia, Zita Yared Palacios Giles y Laura Adela Gil González, en un escrito a la secretaria general de ASSA de México, se muestran sorprendidas que en la resolución del Centro Federal de Conciliación y Registro Laboral, contrario a lo que está habría dicho, en “ninguna parte” dice que “únicamente se repita el proceso de votación como usted lo indica”.

 

Citan parte del acuerdo del CFCRL en en el que se negó la toma de nota a los integrantes del comité ejecutivo electo, en el que establece la necesidad de realizar “un nuevo proceso electoral” en el que se cumplan todos los requisitos previstos por la Ley Federal del Trabajo, esto es, que la mayoría de los trabajadores voten.

 

En virtud de ello, le solicitan que se repita la elección de noviembre del año pasado y que la comunicación de la elección al CFCRL la realice la secretaria general, al ser quien cuenta con la representación legal.

 

Previamente, le reprocharon que el abogado Carlos Octavio Carral Hernández, no hubiese acreditado personalidad como representante legal de ASSA de México, en la comunicación en la que informó al CFCRL del último proceso electoral, con lo que solicitó el reconocimiento legal de los candidatos electos.

 

El contrato colectivo de trabajo de los sobrecargos de Aeroméxico, termina el 31 de mayo, fecha en el que también se cumplen 10 años de vigencia del anexo B.

 

La línea aérea cuenta con unos 3 mil 700 sobrecargos de aviación, de los cuales la mayoría regula sus relaciones laborales a través del anexo B, con salarios por debajo de los que perciben quienes ingresaron a la empresa antes de 2014, cuando enfrentó una severa crisis económica que puso en riesgo su viabilidad.

 

Incluso el número de sobrecargos contratados mediante el anexo B sigue aumentando; las contrataciones las realiza la línea aérea, lo que es una violación al contrato colectivo de trabajo que establece que deben efectuarlas ASSA de México.

 

De comprobarse las contrataciones a través de la línea aérea, la señora Salazar Loza pierde, además, una excelente arma de presión para obtener mejoras prestaciones para los trabajadores.

 

El riesgo es que en las las negociaciones para la revisión de los dos documentos laborales con Aeroméxico, participen por parte de ASSA de México auxiliares sin reconocimiento legal y en abierta violación al estatuto que pudiera tener repercusiones como la eventual nulidad.

 

El futuro de la organización sindical de los sobrecargos de Aeroméxico se presenta difícil…

 

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