Argentina y los estertores del monstruo

El neoliberalismo es un modelo práctico propio del capital, impulsada por figuras como Milton Friedman y la Escuela de Economía de Chicago (ó Chicago Boys), el austríaco Friedrich Von Hayek, el coloquio de Lippmann y sus participantes, entre otros reaccionarios economistas que lograron permear sus ideas en las esferas más derechizadas de los países desarrollados.

Juan E. Rubio Gualito • @juanrubiog

 

 

Comenzando la aplicación de sus postulados a principios de la década de los 70´s. A consideración de este servidor, no es más que la profundización del ala más radical de poder financiero norteamericano, instalado en el poder desde finales de la Segunda Guerra Mundial. Este modelo se “tropicaliza” dependiendo la configuración política de cada país.

 

 

Los objetivos de este modelo son claros: liberación de cualquier planificación estatal sobre los medios de producción y flujos de capital (financieros, comerciales y productivos). Para  esto se necesita imponer un banco central autónomo, que servirá de  regulador de la moneda; privatizaciones de prácticamente toda la industria, infraestructura y servicios estatales; la reducción del gasto público (servicios de salud, educación, programas sociales, etc.); la desregulación financiera; la reducción de impuestos a las personas más ricas con el fin de impulsar una “economía de la oferta”, entre otras medidas. Como consecuencia, las afectaciones sociales son conocidas: una pauperización general del pueblo (los pobres cada vez más pobres) y desintegración progresiva del Estado de Bienestar.

 

 

El sostenimiento de este modelo económico, que es totalmente violento en contra de los más desprotegidos, ha sido eficiente para las elites económicas, dada la existencia de diversos mecanismos de “falsa estabilidad”, siendo el más destacable el culto a la democracia liberal de occidente. Aunque en los hechos solo es un formalismo en la decisión entre dos opciones impuestas totalmente idénticas (como el PRI y el PAN).

 

 

Esto los mexicanos lo conocemos a la perfección, ya que la política económica siempre corre oculta bajo la demagogia o el falso argumento que impulsa la idea del “cambio”, solo basta recordar la llegada de Fox en el 2000, que solo nos vendió la idea de una supuesta diferencia dentro del mismo proyecto.

 

 

En esta misma lógica, América Latina tiene una larga historia de resistencia y lucha que se han materializado en una serie de resultados diferenciados, pero que apenas recientemente ha conservado el efecto material a tan potente dominio ideológico.

 

 

La primera oleada de izquierda surgió con fuerza en Ecuador, Brasil y Chile derivado de las crisis económicas del capital en sus países, así como de un profundo desgaste de las instituciones, muchas heredadas de sus propias dictaduras.

 

 

Para finales de la década del 2000, las contradicciones propias del modelo neoliberal comenzó a impactar en todas las economías de la región, pero sobre todo trajo la consecuente crisis. Esto abrió espacios para que a través de las urnas, proyectos de izquierda se hicieran del gobierno, mismos que casi en automático se disolvían en las bases de una economía capitalista, pasando estas experiencias como meros intentos de establecer gobiernos del pueblo, olvidando las premisas de transformación.

 

 

Estas experiencias sucumbieron ante el agresivo embate ideológico y mediático de la derecha. Ya que es claro, si la transformación no es arropada por una base popular amplia, sucumbirá ante las maniobras de los dueños del dinero. Ejemplos hay muchos, pero me quiero detener en el caso de los medios de comunicación, son un instrumento de los dueños del capital y lo utilizarán de tal manera que son capaces de insertar en el imaginario de la gente aseveraciones tan graves como que un Presidente atenta contra la familia, contra la paz, etc.

 

 

Para esto a consideración del suscrito, una vez que se gana el gobierno, debe comenzar la compensación ante los medios derechizados, creando instrumentos de comunicación entre el Gobierno de izquierda y el pueblo (como el caso de las mañaneras), esto debe ir secundado de una amplia campaña de información de los avances económicos y sociales alcanzados. En caso contrario la misma reacción utilizara el concepto de “rebeldía” para actuar como oposición (véase los casos de Venezuela y Ecuador), creando climas de crisis y confusión, que germinaron por problemas estructurales propios de una economía capitalista.

 

 

En conclusión, el desarrollo del modelo neoliberal tiende a caducar, aun así siguen latentes sus consecuencias y respirando hasta que no se logren reemplazar los vigentes modelos de control. Este por supuesto, debe acompañarse siempre de efectividad práctica. Las fakenews pueden evolucionar en golpes jurídicos (ver el caso Lula o de Evo), tema al que la Dra. Claudia Sheinbaum le ha puesto un interés muy especial, sino escúchese el capítulo 0 de su podcast.

 

 

Aunque los personeros del modelo neoliberal cada día exhiben de manera más vulgar su degradación, no hay que subestimar que en los estertores del monstruo siempre surgen posibilidades suicidas para tratar restituir lo perdido, aun sea a costa de la sangre del pueblo, si no obsérvese las recientes guerras en Irak, Afganistán, Siria, Ucrania y Palestina.

 

 

En este marco, debemos entender que los procesos en cada país atraviesan por diferentes fases de experiencia política. Esta es una de las claves esenciales para comprender el fenómeno que hoy nos ocupa. Mas allá de la estridencia, hay que entender los intereses de la derecha empresarial que hay detrás.

 

 

La lección va a ser dura, hay una “promesa” del impresentable de Milei de privatizar la salud, la educación, los medios públicos, las empresas nacionales, romperá relaciones con gobiernos progresistas, impulsará políticas proto fascistas y reaccionarias, etc., la consecuencia inmediata va a ser la derechización de las instituciones argentinas,s de sus cuadros gubernamentales y la profundización de la presencia de los elementos más reaccionarios del país. DESDE ESTA TRINCHERA NACE EL COMPROMISO DE NO SOLTAR AL PUEBLO ARGENTINO, la fraternidad latinoamericana no debe ser un enunciamiento discursivo, sino estrategia para iniciar un nuevo nuevo modelo de relaciones entre países latinoamericanos, que nazcan de la igualdad, la justicia y la soberanía de los pueblos, EN DONDE SE GOBIERNE PARA TODOS, PERO SIEMPRE.. SIEMPRE PRIMERO LOS POBRES.

 

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