De memoria

Las rociadas…

por Carlos Ferreyra
Los misterios tras una sencilla operación mercantil, ha hecho nacer en la mente de los ciudadanos de a pie un verbo con significado distinto al original.
Rociar, esparcir un liquido, pasa a adquirir la calidad de asunto misterioso, de acto surgido de la nada pero de grandes efectos o beneficios para concretar .
El ejemplo más certero de una rociada, lo proporciona la lectora que expresa así su duda:
¿Alguien me podría explicar cómo se pueden producir 370 mil barras anuales de #ChocolatesRocio (incluyendo empaquetado), en un taller pequeño de la Colonia Roma y generar $297,142,400 con un punto único de venta que abre 8 horas al día?. #Trivagos cada barra de chocolate vale 800 pesos al público.
En la pregunta esta implícita la respuesta, un negocio casero, familiar, establecido por tres sujetos nunca acostumbrados a desempeñar tarea humana alguna, que en el término de meses abren un mercado que les reditúa casi 300 millones de pesos anuales.
Empresa muy bien planeada, no requiere de la participación física de sus propietarios, que no procesan, no empacan ni venden el ingente, insuperable resultado de sus titánicas labores.
Uno, se mueve entre Dubai y quizá Texas o Florida, casado con empresaria ligada a negocios petroleros; otro, relacionado con ex reina venezolana de belleza, se oculta en el anonimato total, inclusive evadiendo la versión de que fue abandonado por su presunta.
El mas pequeño de los tres, un chamaquito lindo y cortés, se mantiene al margen. A lo mejor más maniobrero y hábil, deja que sus fraternos se desgasten. Él va sólo por las ganancias.
Entre las otras rociadas de los tres, entre ellos el que se sueña rey, excluyen totalmente al que debió ser origen del negocio infantil, el popularmente conocido como Chocoflán, pero este goza de la total protección del jefe del clan.
Se dice, se comenta, se asegura con datos que aproximan el rumor a la certeza, que los tres mayores son socios mayoritarios de una empresa emblemática: Trivago, dedicada a la promoción turística.
Explicaría lo anterior la cancelación de los órganos oficiales de captación de visitantes en el extranjero, y el abierto apoyo oficial a la empresa privada.
Y la perenne concurrencia de los tres muchachitos a las prácticas invernales sobre hielo en Estados Unidos.
Ocupado abiertamente en la sucesión presidencial, López aparece en todos lados con su carabina, Clau, en bandolera. La Betty y sus caracolitos desaparecidos sin explicación.
¿Otro misterio, una rociada más a la cuenta de la transparencia? Váyase a saber…
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