Trasplante de órganos y tejidos es una solución para enfermedades que antes eran incurables

En México hay más de veintitrés mil personas que necesitan de un trasplante de órgano o tejido

María Ortiz

 

En algún momento de tu vida has considerado que puedes dar vida a otra persona y no precisamente como mamá, sino donando algún órgano, tejido o células. Este acto es uno de los más grandes de amor que podemos hacer por un ser humano.

 

El trasplante de órganos y tejidos da una solución para enfermedades que antes eran incurables como insuficiencia cardiaca, hepatitis tipo B, cirrosis, cáncer de hígado, la degeneración de la córnea. Estos trasplantes sólo pueden llevarse a cabo gracias a la solidaridad de quienes deciden donar de manera voluntaria y altruista, ya sea en vida o al fallecer.

 

En México hay más de veintitrés mil personas que necesitan de un trasplante de órgano o tejido para seguir viviendo o mejorar su calidad de vida, es difícil convencer a familiares o conocidos para cualquier tipo de donación y aunque es bien sabido que entre más candidatos haya, la probabilidad que tendrá el paciente de continuar con su vida es mayor, las creencias religiosas, tabúes, ignorancia en el proceso del trasplante, temor a la donación en vida, impacto en la salud, desaprobación de la familia, la falta de organización para que se trabaje la donación, la carencia de equipo quirúrgico y personal capacitado son una gran barrera para que se lleve a cabo la donación y trasplante.

 

En nuestro país realmente es mínimo el número de personas que donan, por cada millón de habitantes solo el 3.9 donaron sus órganos al morir, es lamentable ver que va en aumento la lista de espera y que el número de donadores va a la baja, considerando que en 1963 fue el primer trasplante y desde entonces se han hecho campañas para difundir y concientizar y crear una cultura a la población de la enorme importancia de donar.

 

Pero, ¿por qué se hace tan difícil la donación?, ¿qué piensa la gente del proceso de donación?   ¿Quién se opone más a la donación de órganos? 

 

La corrupción es un motivo fuerte, en México hay casos comprobados, desafortunadamente este acto ha afectado al programa de donación de órganos, aunque el proceso de las donaciones en instituciones públicas es transparente, los mexicanos no confían en nada, ni en nadie.

 

Los adultos mayores de 65 años, piensan que sus órganos ya no son útiles, porque los años vividos son muchos y seguramente están viejos, cosa que es falsa pues no hay un límite de edad para donar, los médicos son quienes valoran y deciden si los órganos son funcionales y aptos para el trasplante, otros motivos para no donar que tienen las personas mayores son su creencia religiosa, ya que hay quien piensa que donar es un pecado; el no saber a dónde quedaran sus órganos, pero sobre todo lo doloroso que es la cirugía y  recuperación por  donar.

 

Lo peor de todas estas ideas de nuestros adultos mayores no es lo que ellos piensan, sino lo que han ido transmitiendo a las nuevas generaciones.

 

Una de las circunstancias más difíciles y que más se presenta, es cuando muere una persona inesperadamente, en pleno desarrollo de su vida y sus familiares no permiten la donación de los órganos y tejidos que pueden ser útiles a por lo menos seis personas más, cuando hay muerte cerebral, la persona no tiene posibilidad de despertar a diferencia de cuando se encuentra en coma.

Los familiares no quieren donar porque no conocen el proceso de donación o simplemente porque quieren mantener el cuerpo intacto por el apego o amor que le tenían a la persona fallecida y por el dolor que les causa la perdida que sufren, no piensan que esa persona aún después de muerta puede salvar la vida de otras personas y trascender en ellas/

 

A todo esto, hay que sumarle que como en muchos aspectos de nuestra vida la pandemia causada por la COVID-19, también afectó gravemente, la actividad de trasplantes se redujo en 18% a nivel mundial, en Latinoamérica el impacto fue mayor el descenso es de un 33%, en México, durante el año 2019 se realizaron un total de 2494 donaciones post-mortem, mientras que, en el 2020 hubo un total de 667, lo que implica una reducción del 73.26%. La peor secuela que nos dejó la COVID es que los daños que causó en nuestro cuerpo no nos permitirá ser candidatos para alguna donación.

 

Existen muchísimas razones para ser donante: solidaridad, generosidad, ayuda a otros, continuar vivo en otras personas.

 

Es más fácil encontrar motivos para salvar vidas cuando la nuestra acaba, lo mejor que podemos hacer es decidirnos, registrarnos e informar a nuestra familia que nuestro deseo al morir es donar los órganos que aún sean útiles y  así crear una sociedad con mayoría de personas que apoyen a la donación, ya que, es un beneficio para todos sanos o enfermos, porque, aunque hoy no tengamos ningún problema de salud, nadie nos garantiza que mañana nosotros o cualquiera de nuestros seres queridos lo necesite.

 

La donación de órganos y tejidos es quizás el mayor acto de amor que una persona puede realizar por otra. Dar algo de nosotros mismos a alguien a quien queremos demuestra una gran calidad humana, pero el regalar vida a otras personas a quienes nunca podremos conocer supone un grado aún mayor de generosidad.

 

“hoy por ti y quién sabe si mañana por mí…”

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