Un buen servicio para un buen resultado

En algún momento de nuestra vida hemos tenido que hacer un trámite en oficinas gubernamentales, esperar mucho tiempo en una larga fila, tal vez en alguna ocasión decidiste que no valía la pena batallar con la burocracia para recibir el servicio que buscabas.

María Ortíz

 

Quizá también hayas tenido que pagar a algún funcionario para “agilizar” un trámite, somos muchos los que de una manera u otra tenemos que pasar por alguna situación de estas.

 

La complicación de la burocracia se traduce en que los ciudadanos perdemos mucho tiempo para completar un trámite, son horas que se convierten en días, el 25% de los trámites requieren tres o más visitas a la dependencia pública y solo la mitad se resuelven en un día.

 

Los trabajadores públicos son calificados ambiguamente por la sociedad como los ciudadanos que escasamente trabajan, que todo el día están sentados, que atienden los trámites según su humor o conveniencia, el oficial de tránsito listo para recibir un soborno, gran parte de la población imaginamos al burócrata sentado, escuchando la radio o vendiendo artículos entre compañeros ocupando el tiempo de trabajo e ignorando la atención que deben brindar a la ciudadanía.

 

De acuerdo con un estudio realizado por México Evalúa junto con el Centro Latinoamericano de Atlas Network y cinco organizaciones más, nuestro país está por encima del promedio en horas y días de lo que se tarda un trámite regulatorio, según el estudio un trámite debería tardar entre 3.8 y 5.4 horas y en nuestro país tarda entre 5.4 y 8.2 horas,

México se ubica entre los siete países con las gestiones más complicadas, también se señaló que no se explotan los canales digitales pues sólo el 10% ha realizado un trámite en línea aunque el 50% de los procesos ante el gobierno central se pueden hacer por internet, estos trámites de manera digital eliminamos la corrupción que puede existir en forma presencial y agilizamos el trámite, sin malos tratos o dar vueltas y vueltas porque nos falta algún documento.

 

Los requisitos excesivos son el principal problema al que se enfrentan los ciudadanos, seguido de la falta de claridad en los trámites y esos horarios restringidos que tienen las dependencias gubernamentales, los costos excesivos que hay que cubrir, la atención en la ventanilla y sus contradicciones, estas problemáticas nos atañen a todos los que acudimos a realizar algún trámite de cualquier índole ya sea, una demanda por despido injustificado, regularizar o registrar alguna escritura de una propiedad,  un alta o baja de placas vehiculares, verificación, apertura de negocio, constancia de adeudos, registro de un recién nacido, la jubilación, entre otros.

 

En los últimos meses en el mundo laboral se enfrentan más de once mil ex trabajadores del gobierno que tendrán que aprender a trabajar de manera diferente y dejar de ser beneficiarios de las prestaciones que tenían y que tal vez no volverán a ver.

 

El 90% de los exfuncionarios públicos que tienen la necesidad de buscar un empleo en el sector privado son rechazados, la razón del tal rechazo es porque los evalúan mal, ellos cargan un estigma de ineficiencia, de no saber trabajar sobre objetivos y metas, de tener malas prácticas en la administración de los insumos.

Además, hay empresas que han reducido los salarios para esas personas entre un 10 y un 20%, el rechazo de la industria privada hacia quienes eran trabajadores del Estado es para todos los niveles de puesto, sin embargo, es más para los administrativos, en general son muy pocos los que resultan candidatos adecuados para los reclutadores del sector privado.

 

Lo curioso es que los profesionales que trabajan en el sector público piensan que el sector privado tiene mejores beneficios y condiciones que ellos, entonces ¿Quién tiene la razón?

 

Las instalaciones en el sector público por lo general son antiguas a comparación del privado, la estabilidad que ofrecen las empresas privadas, es más, pues sus directores permanecen por largos periodos en sus cargos por lo que su trabajo no depende del cambio de administración a diferencia de los trabajadores públicos, quienes corren riesgo cada vez que hay cambios de jefes, los horarios de los servidores del Estado son más gratos que el de los empleados privados, ya que en gran parte del sector público cumplen con una jornada de siete horas, tienen más días de descanso y puede gozar de pequeñas vacaciones en diferente épocas del año

 

Aunque en algunos casos tienen que trabajar más por ejemplo en el sector salud y educación; el sector privado tiene que cubrir una jornada de ocho a nueve horas diarias, a veces rolando horarios y con menos días de descanso y las vacaciones son limitadas.

 

El salario en empresas privadas es superior, según la carrera profesional y el puesto que ejerza, la posibilidad de un aumento de sueldo y desarrollo profesional ya que son resultados del buen trabajo individual o en equipo para alcanzar las metas; para los trabajadores del Estado está la escasa probabilidad de ascender en lo profesional o laboral y la nula posibilidad de aumento de sueldo por mérito propio y sus funciones se vuelven rutinarias.

 

Como podrás ver ambas fuentes de trabajo tienen sus pros y sus contras.

 

Todo depende de lo que llame tu atención para que puedas desempeñarte y sentirte realizado como empleado público o empleado privado, al hacer seguimiento de los requerimientos de la persona que acude para que le brindes un servicio adecuado y una experiencia satisfactoria de acuerdo a lo que necesita y quiere, porque además en algún momento estarás del otro lado.

 

La sociedad  necesita que los gobiernos y empresarios respondan con agilidad a las necesidades de los ciudadanos, para impulsar un nuevo paradigma de gestión pública simplificada, ágil y adaptable en sus estructuras y procesos, con un personal receptivo, abierto a facilitar soluciones, claro que estos cambios no son fáciles, pero si imprescindibles para lograr una gobernanza en sintonía con los nuevos tiempos y las nuevas realidades.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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