El obispo que participa en marchas por causas sociales

Un jerarca religioso comprometido con causas sociales que se le observa con extrañeza en las marchas en defensa de la comunidad LGBTTI, en la del 2 de octubre y con los familiares de desaparecidos

Eugenia Jiménez Cáliz

Es el obispo Julio César Martín de la iglesia Anglicana del Sureste, asegura en entrevista que atiende “a los olvidados a sectores que nadie quiere servir”.

El pasado mes de agosto se congratuló porque el Congreso de Yucatán aprobó el matrimonio igualitario, en un mensaje que difundió en redes señaló:

“…esto refleja la igualdad que sustentamos todos ante los ojos de Dios.

Los grupos que rechazan la diversidad sexual no deben usar sus posiciones de poder para hablar en nombre del pueblo y de otras denominaciones y grupos cristianos, hay quienes consideramos a la diversidad sexual como parte de la realidad humana”

La diócesis Anglicana del Sureste se ubica en la ciudad de Xalapa, Veracruz, bastión de grupos de ultra derecha de la iglesia católica, y desde ahí coordina labores de apoyo a grupos minoritarios.

De 57 años de edad llegó a esa diócesis el año pasado y empezó a fundar ministerios de ayuda propositiva, como los llama el atender a las personas con VIH.

“No las atendemos con un ven a morirte aquí te cuidamos, no, promovemos el cuidado de su salud, les ofrecemos retroviral, porque aquí no se aplica te infectaste porque pecaste”

En su estancia en la Ciudad de México hace 20 años como rector de la Catedral de San José de Gracia, en el Centro Histórico, desarrollo la atención espiritual a sexoservidoras.

No sólo ofrecía misas por ellas y por las que habían fallecido de manera violenta, también les brindaba asesoría legal. Esta atención la quiere replicar ahora que en Jalapa.

Actualmente participa en los esfuerzos que se realizan en Yucatán para abrir una casa de atención a la comunidad gay que se llamara Casa Frida.

Hace 15 días asistió a la marcha de la VI Brigada de Búsqueda de Desaparecidos en Cuernavaca. Morelos, en dónde bendijo un pico y una pala que se usarían para picar la tierra en terrenos de posibles fosas clandestinas.

Esa bendición, comentó “es un ritual que significa mucho para los familiares, porque tienen fe y esperanza de que con estos instrumentos bendecidos encontraran restos humanos como ha sucedido”.

El obispo Julio César Martín quien ha acompañado a los familiares de desaparecidos en las marchas en Papantla, Veracruz, en Guadalajara, Jalisco y en Cuernavaca, Morelos, reconoce que ningún jerarca católico se ha involucrado “en agarrar pico y pala”

Y cuestionó “No sé en dónde están los demás obispos de las iglesias en México”. Tras reconocer “la valentía y compromiso de muchos sectores de las iglesias” que acompañan en campo a los familiares de los desaparecidos.

En el 2010 fue trasladado de Boston, Estados Unidos a Canadá en donde permaneció por nueve años en las ciudades de Alberta y Nueva Escocia.

En el 2019 regreso a México al ser nombrado obispo de la diócesis Anglicana en el Sureste,  en octubre de ese año participó en la marcha del 2 de octubre que salió de la Plaza de las Tres Culturas de Tlaltelolco  rumbo al Zócalo, como lo hacía desde sus tiempos estudiantiles.

Ataviado con sotana, como acostumbra en las marchas, acompaño a los asistentes en demanda de justicia en un México violento.

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