Rerum Novarum

En redes sociales libran batalla activistas y grupos provida

“Se escandalizan por escuchar el latido de un corazón”

Eugenia Jiménez Cáliz

El ultrasonido realizado a Ana de 15 años de edad, con 38 semanas de embarazo,  en la marcha Provida  del pasado 3 de octubre enfrenta a defensores de derechos humanos con estos grupos.


Los activistas consideran que se vulneró el derecho a la intimidad de Ana y los Provida apuntan “les escandaliza escuchar el latido del corazón de un bebé y no les horroriza que una niña de 12 años se practique un aborto sin aviso a sus padres y poniendo en riesgo su vida”

Las Comisiones  Interamericana de los Derechos Humanos @CIDH y la Nacional de los Derechos Humanos @CNDH condenaron el hecho y se suman así a los pronunciamientos de los activistas.

Llamaron  a las autoridades de protección de los derechos de niñas, niños y adolescentes de la Ciudad de México a realizar  una investigación sobre lo ocurrido con perspectiva de niñez y género.


Juan Martín Pérez coordinador regional de la Iniciativa Tejiendo Redes Infancia recordó que  esos “grupos anti derechos humanos que convocaron a la marcha suelen utilizar métodos escandalosos para llamar la atención”.

Por eso expusieron públicamente a la adolescente embarazada a “realizar el performance del ultrasonido para poder escuchar el corazón del bebé”.

Para el activista esta acción tiene que ser cuestionado por las autoridades mexicanas, particularmente por le Secretaría de Gobernación porque la marcha fue convocada por la jerarquía católica mexicana.

La Secretaría de Salud también debe proceder a retirar la cédula del médico antiderechos humanos que “se prestó para este espectáculo mediático”.

Es urgente, puntualizó la intervención de la Procuraduría de la Protección de la Niñez del Sistema DIF para conocer la integridad de la niña y prever que no sea víctima de algún uso distinto de sus derechos.

En redes sociales ambos grupos dan la batalla, los defensores de la infancia organizaron una campaña en Change.org para recaudar firmas y demandar la destitución del médico Fernando Urquiza  por haber realizado la ecografía pública.

Consideran que se vulnero el derecho a la intimidad de Ana “haciendo apología a la pedofilia en un país en donde las infancias se consumen sexualmente.

Somos el número 1 en abuso sexual infantil  y aquí se produce el 60% de la pornografía infantil a nivel mundial”

Lo realizado por Fernando Urquiza y quienes resulten responsables “es francamente inaceptable, pedimos su destitución y que se hagan las indagatorias correspondientes”

El ex legionario Marcial Padilla organizador designado por la Conferencia del Episcopado Mexicano para operar la marcha no respondió, como acostumbra, a la solicitud de información sobre este tema.

En Twitter @ JUVIoficial asociación de jóvenes responsable de difundir la marcha señaló “Oye @CIDH nosotros tenemos nombres de doctores y grupo que promueven y lucran del aborto clandestino. ¿Te vas a pronunciar?

Así en la cuenta @JUVI A.C una de las organizadoras asegura que el embarazo de Ana de 15 años “no fue producto de un abuso sexual, como muchos grupos han salido a difamarla…

Ella decidió en total libertad con pleno conocimiento y sobre todo por un profundo amor realizarse un ultrasonido en la marcha para demostrar una realidad irrefutable que existe una vida en el vientre materno durante el embarazo… y frente a una embarazo inesperado también se puede salir adelante…”

Ahí se denuncia que a la joven se le acosa y se le hostiga, además se le trata de cambiar el mensaje que ella quiso dar a la sociedad que apoya a la vida. También se pronuncia por proteger al médico que se le está difamando.

La CIDH le recordó al Estado la responsabilidad de la protección integral de Niñas niños y Adolescente  incluyendo la identidad e intimidad, con perspectiva de género; considerando que la exposición pública el procedimiento de salud no atiende  el interés superior de la adolescente.

Mientras los grupos libran la batalla en redes sociales, las autoridades federales y de la Ciudad de México, así como la jerarquía católica guardan silencio.

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