Trabajadores del Metro hartos de directora y gobiernos de la CDMX

Amenazan con suspender labores en 12 estaciones para exigir seguridad en la operación del sistema.

Tuvo que ocurrir una tragedia como la del lunes 3 de mayo para que el sindicato del Sistema de Transporte Colectivo, Metro, se despojara del velo protector del gobierno y exigiera lo que tantos trabajadores han demandado en los últimos años: mejores condiciones de seguridad.

Hartos de ser señalados como los responsables de los accidentes fatales, saturación del servicio y un deterioro constante, trabajadores anunciaron un paro de labores los siguientes días para presionar a las autoridades a atender y mejorar de fondo las condiciones de trabajo y el servicio a los usuarios que realizan 4.5 millones de viajes diarios.

El líder sindical de los trabajadores del Metro, Fernando Espino, señaló que los accidentes acumulados en lo que va de la administración de Claudia Sheinbaum como Jefa de Gobierno, y Florencia Serranía, como directora del Metro, nada tienen que ver con el personal y su filiación gremial, sino a la falta de recursos y a las conducción que le ha dado el gobierno actual.

De todo culpan a los trabajadores sindicalizados

Pese a todos los señalamientos contra el dirigente del sindicato por sus aficiones personales y manejo de recursos, es un hecho que ha apoyado las denuncias de los trabajadores en torno al mal estado de las instalaciones de muchas estaciones que ya son un peligro para trabajar en ellas.

A las demandas se le suman las del Sindicato Mexicano de Trabajadores del Sistema de Transporte Colectivo, cuyo líder Homero Zavala advirtió que las líneas B, 5 y 9 son “una bomba de tiempo” y dado el desdén de la directora Serranía exigen su renuncia al cargo, pese a que Sheinbaum aseguró que no la iban a despedir.

Aseguró que en las últimas cuatro administraciones (Ebrard, Mancera, Sheinbaum y el propio López Obrador), han denunciado riesgos y negligencias, pero los han ignorado.

Los líderes sindicales coinciden en que las autoridades del Metro no asumen su responsabilidad, no invierten como debe ser, aplican la asteridad sin razón y al final, los únicos señalados son los trabajadores agremiados.

Un ejemplo inmediato es el desplome del puente de la Línea 12 del Metro que ocasionó la caída de un vagón causando al menos 26 muertes y decenas de heridos, daños materiales y el cierre permanente del servicio de transporte principal en la zona oriente de la capital del país, en el que los primeros señalamientos de responsabilidad han sido hacia el área de mantenimiento que presuntamente realizan trabajadores sindicalizados.

De inmediato Espino aclaró que dicha actividad la realiza una empresa externa y que en realidad el accidente fue a causa de la obra civil del viaducto elevado y no a la operación de los trenes, lo cual sí realizan sus agremiados.

Lo ocurrido en la también llamada Línea Dorada se suma a otros dos sucesos dentro de las instalaciones del Metros en las que las autoridades han intentado responsabilizar al sindicato.

El 9 de enero de este mismo año se incendió la Subestación Eléctrica de Alta Tensión (SEAT) que provocó la muerte de una mujer policía en turno, 30 trabajadores intoxicados y la suspensión del servicio en seis líneas durante un mes. Ahí también señalaron a trabajadores sindicalizados de hacer mal uso de los equipos para apagar la conflagración, pese a que era evidente su inoperabilidad.

En ese momento Espino declaró que ya se habían reportado las malas condiciones del lugar y las autoridades no hicieron nada al respecto.

Otro accidente trágico en esta misma administración que ni siquiera ha llegado a la mitad de su gestión, ocurrió el 11 de marzo del 2020, cuando dos trenes se impactaron en la estación Observatorio, dejando una persona muerta y 41 heridos.

El peritaje final concluyó que la culpa fue del conductor por falta de pericia, aunque el sindicato y el resto de los trabajadores aseguraron que fue un error en el sistema automatizado.

Directora a prueba de balas

La directora del Metro, Florencia Serranía, es públicamente ubicada en estos días tras la declaración que hiciera a principios de año con el incendio de la sala de control, al responder a la prensa que no tenía responsabilidad en los hechos ya que “solo era la directora”.

Pese al desatino de sus dichos, la jefa de gobierno la mantuvo en el cargo y tras la tragedia del lunes por la que se decretaron tres días de luto nacional, seguirá ahí para hacerse cargo de las investigaciones.

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