Elecciones en sección 25 del sindicato mayoritario de la CDMX, viciadas de nulidad; son impugnables
La firma de Rosa María Gaviño Hernández, como encargada del despacho de la secretaría general seccional en la convocatoria, viola el estatuto que no contempla esa figura jurídica. Las votaciones están programadas para el 15 de diciembre.
Por El Pordiosero
A principios de agosto de 2021, Aarón Ortega Villa ni siquiera soñaba en la posibilidad de algún día convertirse en presidente del Sindicato Único de Trabajadores del Gobierno de la Ciudad de México (SUTGCDMX). La sorpresiva muerte de José Guadalupe Goycochea, le permitió hacer realidad lo que hasta entonces era imposible.
Desde entonces, dos grupos mayoritarios detentan la representación real de poco más de 100 mil trabajadores de base de La capital del país.
Ninguna de las 40 secciones sindicales apoyan a Ortega Villa, quien se ha conformado con administrar el 10 por ciento de las cuotas: se sacó la lotería sin haber comprado billete, porque a nadie rinde cuentas del dinero que maneja.
Durante poco más de dos años ha sido un dirigente anodino, incapaz incluso de abanderar una justa y legítima demanda en contra de la Secretaría de Administración y Finanzas y de su Dirección General de Administración de Personal y Desarrollo Administrativo por haber decidido de manera unilateral que los trabajadores de la ciudad recibirán 420 pesos menos en vales de fin de año menos que los del gobierno federal.
Debió ser Hugo Alfredo Alonso Ortiz, secretario general de la sección 1 “Limpia y transportes”, quien iniciara un juicio en el Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje para combatir lo que es una decisión a todas luces discriminatoria.
Los malquerientes de Ortega Villa lo llaman “el títere”, que aspira a convertirse en aprendiz de titiritero.
El presidente del SUTGCDMX, pretende aprovechar la elección de dirigentes de la sección 25 “Oficinas coordinadoras de tribunales calificadores, oficinas calificadoras de infracciones, Dirección General de Reclusorios y Centros de Readaptación Social y mesa de peritos“, de la que hace años fue secretario general, para hacerse de la primera que lo apoye incondicionalmente.
Para lograrlo, no le importa violar sistemáticamente los estatutos sindicales desde que en enero murió el secretario general, Luis Oscar Cifuentes Butzzman, al permitir que su aliada la secretaria de estímulos y recompensas, Rosa María Gaviño Hernández funja como encargada del despacho, figura que no prevista y que pudiera traducirse en un asunto penal.
Incluso, en la convocatoria a elecciones, la señora Gaviño Hernández firmó como encargada del despacho, con lo que vivió de nulidad el proceso y pudiera ser impugnado jurídicamente.
La intención de Ortega Villa de no convocar de inmediato a elecciones, fue que la señora Gaviño Hernández generara condiciones para ser candidata a la secretaría general seccional, aliándose incluso con autoridades, lo que también está sancionado por el estatuto sindical. Logró que el director general de administración de personal y desarrollo administrativo, el chileno Sergio Antonio López Montecino le autorizara una buena cantidad de dígitos sindicales para garantizarles votos.
En lugar de convocar de inmediato a elecciones, en contubernio con el director de prestaciones y política laboral de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, Rigoberto Cruz Rodríguez, emprendieron una campaña de represión y persecución en contra de de integrantes de la dirigencia que se perfilaban para competir exitosamente por la secretaría general, lo que contradice el discurso de la doctora Claudia Sheinbaum que en la CDMX en 2018 se dijo adiós a la corrupción.
Dos meses después de la muerte de Cifuentes Butzzman, el presidente del SUTGCDMX, tramitó la cancelación de las comisiones sindicales de José Emilio Sabás Trejo, secretario de préstamos a corto y mediano plazos; Mónica Herrera Juárez, secretaria del interior; y Angélica María González Uribe, secretaria de recursos humanos de la sección sindical, con lo que otra vez violentó el estatuto. El documento que presentamos, es irrebatible.
En un exceso incomprensible en un dirigente sindical, fue indiferente ante las amenazas que Cruz Rodríguez hizo en contra de Sabás Trejo, al que advirtió que le levantaría actas administrativas y le retendría el salario.
Incluso, la secretaria de relaciones públicas, María Mercedes Ruiz -del grupo de la encargada del despacho de la secretaría general seccional- advirtió a Ignacio Reyes Ramírez y Dulce María Loyola Ruiz, que no podían hacer campaña en los centros de trabajo, lo que muestra el talante antidemocrático de la candidata de Ortega Villa de él mismo.
Reyes Ramírez se prerregistró como candidato a la secretaria general de la sección 25 del SUTGCDMX, al igual que José Emilio Sabás Trejo, la señora Gaviño Hernández y César Cruz Gallardo.
Tanto el precandidato Reyes Ramírez como Dulce María Loyola Ruiz son delegados sindicales. Sin embargo, la usurpadora Gaviño Hernández, en una violación al estatuto, los desconoció sin tener facultades y designó en Xochimilco a Carmen Almazán Colín como delegada de trabajo, además de haber comisionado a Alejandro López Ramírez para que realice trabajo similar.
Las irregularidades cometidas por Ortega Villa y la señora Gaviño Hernández para ganar al precio que sea la dirigencia seccional, han sido tantas que incluso existen oficios en los que ella firma como secretaria general, con lo que ha dejado pruebas para el caso de denuncias penales.
Las elecciones por la dirigencia sindical seccional se realizarán el 15 de diciembre; mil 203 trabajadores adscritos a la Subsecretaria de Seguridad Ciudadana, de los reclusorios norte, sur -y sus anexos- y oriente -y el centro varonil de readaptación psicológica-, oficinas de Balderas, Liverpool, Balbuena, juzgado cívicos, el torito, sanciones administrativas, Ceresova, casa de medio camino, penitenciaria y de las 17 alcaldías de la Ciudad de México, tendrán derecho a voto.
“El títere” Ortega Villa pretende presumir que cuenta, por lo menos, con el apoyo de su sección de origen.
