Opinión

De memoria

Lynch, usos y costumbres…

Parecía increíble: un joven termina sus estudios en la capital, orgulloso, se trepa en su coche y viajaba su tierra natal, quiere mostrar a sus padres el resultado de esfuerzos y sacrificios.
Llega pero no tuvo oportunidad de visitar a sus progenitores, un alevoso asesino convoca a gente igualmente amoral y sin justificación, procedieron a linchar al inocente joven.
Esto acontenció en Puebla, se publicó el hecho en todos sus detalles y de los responsables, pues Fuente ovejuna o usos y costumbres, según López que con ese criterio explica la inmovilidad de la justicia.
De acuerdo con la información que oficialmente admiten pero no confirman, en los cuatro años de desorden propiciado por los desvaríos presidenciales, hubo 200, sí, dos centenares de linchamientos especialmente en el centro del país.
Datos interesantes, este método ha sido utilizado como forma de impedir la acción de la policía en zonas suburbanas. Da resultado gracias a otro dato asombroso: la Iglesia, sus campanarios son elementos usuales.
En este sentido, mencionemos Canoa, en Puebla, claro, en 68. Un cura criminal e imbécil convoca a los habitantes a “campanazo limpio”. Media docena de excursionistas que pretendían escalar La Malinche, fueron masacrados para satisfacción del ensotanado.
Obvio, no hubo justicia pero hubo encubrimiento de las jerarquías religiosas que ro enviaron al estado de Morelos, donde con la religión en un caserío del estado de Morelos donde lo localizó y entrevistó el reportero Rene Arteaga.
En Tláhuac en un par de linchamientos los pobladores fueron convocados a campanazos, en un caso y con la alegre participación de niños de diversas edades, masacraron a palos y machetazos a dos posiblemente albañiles en busca de trabajo.
El otro asesinato, donde en una fila humana ardieron dos agentes en busca de narcomenudistas también fue convocado con campanazos, ,muchos niños presentes y la increíble cobardía del encargado de la Seguridad Pública, Marcelo Ebrard, destituido por el presidente Fox.
Sin duda existe selección de las especies. Otro hombre al que nadie acusaría de valiente, lo rescató y le dio un cargo de mayor jerarquía. Fue ocasión para reiterar su teoría de usos y costumbres.
Estas historias son cotidianas. Recordemos una en contraposición:
El gobernador morelense, Antonio Rivapalacio, fue avisado de un incidente, convocatoria campanil, con tres agentes preparados para el sacrificio decidido por el pueblo sabio y bueno.
El gobernador tomó el bastón de mando que le dieron en ese pueblo en la campaña. Luego, acompañado por sus escuderos, Chucho y Mathey a pie entró al caserío donde previamente o pidió la convocatoria de los curas.
Chucho y Mathey, contra su opinión, dejaron lad Armas en el auto y a distancia nada cercana, siguieron a don Antonio.
¿Qué pasó después? El mandatario tomo del brazo a los presuntos linchados y paso a paso los llevó hasta donde estaban patrullas con uniformados. No quería una sartacina, así que tampoco intervinieron.
En su oficina, Rivapalacio recibió un vaso con gïisqui, que degustó prontamente. Dicen que los hielos tintineaban en las manos del Ejecutivo.
El valor no está en no sentir miedo, sino en superarlo. No debe ser fácil enfrentar una multitud descontrolada, enloquecida y ávida de sangre, algo así como en la que califican de Fiesta Brava.
Don Antonio no hablaba de un episodio que, bajo su perspectiva particular, sólo significaba que había
(cumplido con su deber de gobernante…
(La foto, tomada de las redes, aparentemente corresponde al asesinato del joven Dante Picazzo en Puebla)

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