Opinión

De memoria

Otros tiempos, otro país…

por Carlos Ferreyra

Mediados del siglo pasado. Los periodistas que informaban al exterior, y que eran apenas unos 60, sufrían para encontrar noticias de interés.
Para obtenerlas, el trabajo se inició cuando apenas los repartidores entregaban los medios impresos a los suscriptores.
Se inició el denominado buceo, pagina por pagina era consultada. En algunas y para uso inmediato, se enmarcaba con plumón; otras que serian parte de un trabajo mayor, eran recortadas y archivadas.
Para lograr una nota de interés era indispensable que un camión materialista perdiera los frenos bajando Santa Fe y causara una matazón entre pequeños que salían de su escuela.
En el texto, más que por otra razón, para darle cuerpo, extensión, se precisaba que en México un materialista no era un conductor de ideas filosóficas izquierdistas, sino un transporte de materiales para la construcción.
Esporádicamente surgían verdaderos cuentos de terror que permitían a cada quien desplegar sus dotes literarias. Estilo èste que en incomprensible afán de respeto a México, mi agencia, la cubana Prensa Latina, circunscribía al uso de datos duros.
Pienso en el caso de la llamada Viuda Negra no por su color de piel, sino en equivalencia con las venenosas arañas del mismo nombre. Ella pertenecía a la familia Urioste u Urióstegui, gente de gatillo alegre que arrastraban enorme cauda de cuerpos tras de sí.
La Viuda, de tez blanca, alta y recuerdo que era hermosa, resolvió el problema de los cuerpos de sus victimas arrojándolos al Pozo Meléndez, vecino al poblado donde vivía o quizás ubicado en terrenos de su propiedad.
Lo curioso, y de alli el mote, es que sus víctimas eran sus exesposos a los que exprimían económicamente y luego los desechaban. Y todo el pueblo lo sabia pero la familia de la señora los probablemente aterrorizados.
Estas eran noticias, garbanzos de a libra. El resto los consabidos discursos patrióticos del presidente, las inauguraciones, y con suerte la aparición de personajes inesperados.
Hubo una señora Xaviera Hollander, que en pocos meses y un par de libros, saltó a la fama mundial. Uno de sus títulos en inglés, The Happy Hooker o algo por el estilo que en español, con venta inmediata y fantástica, se llamó La Alegre Madam.
La aparición en un auditorio repleto de periodistas y de morbosos, las curiosas, por mero pudor, no asomaron ni las narices.
Fue una entrevista alegre, jocosa, repleta del ingenio de la manejadora de burdeles en Estados Unidos. Hubo periodistas que dieron sus preguntas y la obligaron a confesar su bisexualismo. La práctica lésbica de la que dijo que al final, le quedó la sensación de que le faltaba algo.
Por cierto, la conferencia fue casi para corresponsales extranjeros. Al parecer el personaje y el tema espantó a los directores de los medios mexicanos.
Simpática, cuando ante los gallitos latinos que se mostraron ante la rubia y preguntando con quién había disfrutado mas; nacionalidad y raza, pedían.
Risueña al comenzar su respuesta y después con cara de fastidio, dijo que españoles y latinoamericanos se solazaban en su propio disfrute, que éramos ignorantes, no satisfacíamos a ninguna mujer y aun así, nos quedábamos con la certeza de que nunca la contraparte, gozó tanto.
Repito: esos eran incidentes que salían al paso y no siempre para encontrar sitio en primera plana. Hoy el país es distinto, es otro y desgraciadamente no es mejor.
Ya no hay que buscar la información. Abre el periódico, conecta a las redes y sale toda la basura del país. Nada positivo, tonterías, robos, asesinatos, asaltos abiertos al erario, uso mafioso de la ley, complicidad de jueces y agentes de la ley, subordinados al becerro de oro.
O a los renglones torcidos de nuestro mandatario, en etapa avanzada y evidente de demencia senil. Su declaración de hoy: José Ramón, su hijo El Güigüi, tiene menos fortuna que Carlos Loret.
El segundo trabajando desde muy joven y el primero comentando a su entrevistador que no sabe a qué se dedicará. Eso fue hace tres años, hoy parece seguir la ruta de la Hollander.
Ojalá se anime y nos cuente sus experiencias de vida en la que será cotizada obra novelística…

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