Opinión

De memoria

Costumbres…

Carlos Ferreyra

Creo que fue Oscar Wilde, el hombre del clavel verde, quien hizo disquisiciones sobre la condición humana, por ejemplo sostenía que el amor es costumbre y en ese sentido, afirmaba que los humanos somos animales de costumbres.
Y debe ser. La foto adjunta muestra a una familia WASP, blanca, anglosajona y protestante, el ideal del estadunidense que quiere recuperar una tierra que nunca fue suya, pero que históricamente muestra como propia.
Fuera los negros, fuera los cafecitos, los amarillos y los musulmanes, éstos sin importar su tono de piel.
Es el discurso que arrastró a toda una nación a una guerra genocida de la que, a final de cuentas sólo hubo un responsable además de una docena de allegados: Adolfo Hitler, el desquiciado pintor frustrado, escritor fracasado y sin duda uno de los asesinos mayores en el camino de la humanidad.
No dejemos fuera a quien ordenó lanzar las bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki, el mandatorio gringo, Truman, cuando virtualmente el Eje estaba derrotado en todos los frentes.
Los bestiales asesinos nazis, los más notorios pero evidentemente era una filosofía popularmente aceptada, decían que un muerto es una persona y que mil muertos son un número, una estadística.
Las masacres escolares en Estados Unidos son observadas con alarma, pero sin mayor consecuencia que él casual suicidio, siempre, de los asesinos.
En mayoría jóvenes blancos como los de la fotografía. Se arman bajo un mal entendido precepto constitucional que reproduce estúpidamente la ley del revólver del Medio Oeste.
Con similar displicencia en México estamos presenciando los asesinatos masivos, son parte de cada día y a lo más que llegamos es a implorar a los entes celestiales que no le toque a ningún ser amado.
No hay ley, no hay justicia. El pesadito de Magcel que a todo vapor se promueve cómo aspirante a la Presidencia con página web, con su mirada de ojos que se rehuyen, quiere sorprender.
¿A quién? Difícil saberlo. Viajó a Estados Unidos y declaró que interpondrá una demanda penal y humanitaria contra el gobierno de Biden y los fabricantes de armas.
Su argumento: que no impiden el trasiego y los artefactos mortales terminan en manos de los crimínales.
Pero dice la canción que sorpresas te da la vida. Y la sorpresa, mientras El Carnal hace su ridículo en el norte, aquí se destapa, de hecho se informa porque se sabía desde hace varios años, que son las Fuerzas Armadas mexicanas las proveedoras de material bélico para los narcos.
Antes y con la muletilla de seguir la ruta de ese trafique criminal, la agencia antidrogas gringa, DEA, con bendición de los gobiernos de ambos países, organizó la Operación Rápido y Furioso.
La investigación nunca se hizo, pero el infame comercio solapado por Washington duró tanto tiempo que es posible que se siga realizando. Ahora en coparticipación con nuestros verdes.
En recientes denuncias de GuacaLeaks se establecen con nombres, grados y residencias, de los encargados de la venta de armas. Detalla número y tipo de artefactos vendidos. Y a quién.
La gravedad del asunto es que son informes en poder de la Defensa que cuenta con otros datos para la desarticulación de las mafias, lo que refuerza la idea, vox populi, del reparto de territorios…

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