Agenda Propia

Cancelar asesoría de Arturo Alcalde y valorar permanencia en UNT, plantea Ada Salazar

La secretaria general electa de ASSA de México, tomará posesión el 1 de febrero; avisa que no pretenderá ser reelecta; y de una eventual auditoría a gestión de Ricardo del Valle, adelanta que hay un plan y espera se lleve a cabo

Por El Pordiosero

 

El 1 de febrero, la Asociación Sindical de Sobrecargos de Aviación de México  (ASSA), dará un viraje en su conducción, al asumir Ada Salazar la secretaría general para los siguientes tres años, luego que en noviembre obtuvo un contundente triunfo para poner fin a una larga y desaseada gestión de doce años de Ricardo Del Valle.


 

La planilla opositora no sólo ganó la secretaría general sindical de los sobrecargos. El voto de los trabajadores les otorgó también el triunfo en otras seis posiciones que se disputaron, incluidas las secretarías de asuntos técnicos, relaciones y cultura y deportes, y las vocalías de las comisiones de Hacienda, vigilancia y honor y justicia.

 


El triunfo de Ada Salazar Loza fue por mil 816 votos, contra mil 2 de Del Valle -el secretario general contendía por su cuarta reelección-.

Con ese resultado, la planilla opositora ratificó la victoria que ocho de sus integrantes -al final uno de ellos, temeroso del poder de Del Valle, optó por el distanciamiento- obtuvieron en noviembre de 2021. En ASSA de México, cada año se renueva la tercera parte de los integrantes del comité ejecutivo.

 

Pese a ser secretaria general electa de la organización que agremia a unos 4 mil 500 sobrecargos, Ada Salazar plantea continuar volando. El miércoles 30 de noviembre debió apresurar la entrevista porque tenía programada una salida; en diciembre sólo descansará los días 1, 8, 12 y 19, con 90 horas programadas de vuelo. Quiero, afirma, seguir viendo a mi gente.

 

El triunfo de la oposición en ASSA de México enfrentó dificultades que parecían imposibles de superar: el asesor jurídico es, todavía, el abogado Arturo Alcalde Justiniani, papá de la secretaria del trabajo y previsión social federal, Luisa María Alcalde; la posición de Aeroméxico -la más importante empresa aérea de la que es titular del contrato colectivo-; y que tres precandidatas disputaban el derecho a ser postuladas.

 

El primer escollo, fue definir quién debía ser la candidata a la secretaría general: Ada Salazar Loza, Wendy Perea o Deyanira Vite. La cuestión se zanjó con el resultado de un estudio de la doctora María Xelhuantzi López -véase el artículo “Las elecciones en la Asociación Sindical de Sobrecargos de Aviación de México (ASSA) y las trampas de la Reforma Laboral”, publicado en la Sección Opinión el 20 de octubre de 2022-.

Previamente, en una reunión en el aeropuerto de Ada y Deyanira, coincidieron en que las posibilidades de ganar sólo eran factibles si una de las tres era candidata y las dos la apoyaban.

 

“¿Cuales tres…? Sólo habemos dos. Tu nombre no suena, Ada“, planteó Deyanira. Reclamaba que ella tenía la preferencia por el trabajo que había realizado. No se pusieron de acuerdo.

 

El estudio que les realizó la doctora Xelhuantzi López, permitió definir que Ada, pese al carácter vengativo, rencoroso, con sed de venganza, era la que mayores cualidades tenía por ser muy capaz y con un discernimiento claro, tenía las mejores cualidades. “¿Y ahora qué hago con esta rifa del tigre?”, respondió tras los resultados.

 

Sin embargo, ni Deyanira ni Wendy quedaron convencidas del resultado del estudio, pese a que la doctora Xelhuantzi les hizo notar que nunca ella y su equipo habían detectado en un grupo de trabajadores un nivel tan alto de temor como el que encontraron entre los sobrecargos. De ese nivel fue la gestión dictatorial que desde 2011 impuso Del Valle, quien arropado por Aeroméxico manejó a su interés los horarios de vuelo -los mejores, en los que después de 10 horas se paga tiempo extra, para sus incondicionales-.

 

Fueron necesarias otras reuniones para alcanzar un acuerdo. “¿Se van a hacer a un lado?”, las cuestionó Ada, “si no, para que me quite, ¡pero no van a ganar!” Tras la sorpresa, Wendy asumió que respetarán el resultado del estudio. Era a mediados de julio.

 

El acuerdo, el primero -vendría después la integración de la planilla-, sentó las bases para derrotar el que era un cacicazgo de Del Valle entre los sobrecargos.

 

El 11 de noviembre, una vez confirmada la victoria de los opositores -la elección se hace por cada una de las posiciones en juego-, Del Valle se negó, durante unos quince minutos, a “cantar” el triunfo y que implicaba admitir su derrota.

 

Incluso en un par de ocasiones, se mandaron sobrecargos simpatizantes de Del Valle a lanzar gritos en contra de Ada Salazar. A unos 100 simpatizantes de la candidata opositora, se les impidió el acceso donde se realizaba el conteo de los votos. Fue derrotar a una dictadura, como la de Augusto Pinochet en Chile.

 

Las tres integrantes de la comisión electoral de ASSA de Mexico, María del Sagrario Zúñiga Adán, Aída Itzamná García Terui y Serena Cabrera Díaz estaban identificadas con Del Valle. La contundencia del triunfo de la planilla de oposición, obligó al secretario general  a admitir públicamente su derrota.

 

A la distancia de los días y las semanas, la secretaría general electa, en su primera entrevista, se enfrenta a fijar posiciones en tres espinosos temas: la asesoría del licenciado Arturo Alcalde Justiniani, la permanencia de ASSA de México en una Unión Nacional de Trabajadores (UNT) y una eventual auditoría del manejo económico de la larga gestión de Ricardo del Valle.

 

Primero, señala de Alcalde Justiniani, que entregue todos los documentos, expedientes, archivos y contratos que manejó desde 2008. Y luego reconoce que ante lo que llama malos entendimientos con él, “definitivamente me gustarían aires nuevos”, además que confía plenamente en sus asesores jurídicos -uno de ellos lo es desde 2016-.

 

Respecto a la permanencia en la UNT, dice que es un tema que se debe analizar, porque ella no está decidida. Reconoce que la lucha laboral es de masas. “¿Vamos a seguir con lo arcaico o vamos a empezar a emprender el futuro?”, se pregunta.

 

Y de una eventual auditoría al manejo económico de la larga gestión de Ricardo Del Valle, adelanta qué hay un plan que esperan llevar a cabo, aun cuando prefiere no fijar una posición definitiva. Sabe que los problemas se escondieron, otro no se solucionaron y pueden estallar.

 

En lo que sí es contundente, es en que no buscará ser reelecta, incluso si se lo pidieran los trabajadores. “Es mi última palabra”, afirma con énfasis.

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