Carlos Carral Hernández
Finalmente la fecha fatal llegó, el martes 15 de febrero pasado, los usuarios de la empresa Aeromar se levantaron con la noticia que no podrían volar, a pesar de contar con boletos comprados con anterioridad, ¿la causa?, el gobierno impidió las continuación de operaciones de la aerolínea, por los adeudos de la empresa por conceptos de combustible con Aeropuertos y Servicios Auxiliares ASA y adeudos con el propio Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México AICM.
Dos días después, es decir, el 17 de febrero, los sindicatos con relación contractual con Aeromar, estallaron las huelgas a la que tenían emplazada a la empresa desde hacía más de un año, esto buscando poder asegurar los pocos activos de la fuente de trabajo y la virtual venta de los mismos, pues para dar preferencia a los derechos de los trabajadores sobre otros acreedores, este era el único camino, ya que de otra forma y en términos de la legislación laboral y mercantil, serían los acreedores ordinarios de la aerolínea, los que llevarían mano en el posible reparto de bienes de la empresa.
El cierre de operaciones de Aeromar se antoja a uno de los caprichos más del gobierno federal; cuando menos 2 años atrás, la caja de Aeromar se encontraba intervenida por el Servicio de Administración Tributaria SAT, por el adeudo millonario en el pago del impuesto sobre la renta, así es que el resultado al que se llegó en este tema, estaba más que anunciado y al parecer avalado por la misma 4T.
Después del lamentable cierre de operaciones de Aeromar, el presidente salió a medios mostrando un poco de sorpresa por el repentino cierre, pero también por la huida del país de los dueños de la empresa, algo increíble si recordamos lo dicho, desde hacía varios meses atrás, la aerolínea funcionaba bajo la supervisión permanente del gobierno, concluyendo, el gobierno sabía todo lo que pasaría, así es que los dueños de esta fuente de trabajo no huyeron del país, el gobierno les permitió hacerlo.
Aeromar es una empresa con derroteros y un modelo de operación envidiado por varias aerolíneas, empezando por la “Mexicana del Bienestar” que pretende fundar López Obrador, así es que existen muchos intereses que prefieren verla muerta que intentar sanearla y llevarla a ser verdaderamente viable en todos los sentidos.
Como diría una analista de la que no recuerdo ni el nombre o medio donde la leí: el caso de Aeromar es un deja vu, se parece en menor escala a lo que ocurrió con la verdadera Mexicana de Aviación y sus subsidiarias, donde el presidente ha hecho lo mismo que tanto criticó en el caso de las empresas recordadas, llevado o perpetrado por los gobiernos de Fox y Calderon.
Alrededor de 250 trabajadores, entre personal de tierra, sobrecargos y pilotos se han quedado sin empleo con el cierre de Aeromar, esto por hablar solo de los empleos directos, lamentablemente los más golpeados serán los trabajadores que realizaban su trabajo sin volar, a los que les será más complicado poder lograr un empleo rápidamente y afrontar las necesidades de sus familias, algo terrible si recordamos que también llevaban meses cobrando de manera muy irregular.
Como siempre son los trabajadores los que hacen hasta lo imposible por mantener su fuente de trabajo, pero también quienes realmente pagan el costo del fracaso en la toma de decisiones de quienes las dirigen, en el caso de Aeromar el fracaso es compartido, los culpables son los dueños de esta empresa y el gobierno, que pudo construir una salida menos dolorosa e indigna como la vivida.
El silencio de la 4T después de poco más de una semana del cierre de operaciones de Aeromar no es algo menor, es el silencio gubernamental muestra que también para AMLO la empresa vale más muerta que en operaciones. Para la nueva mafia del poder, la del presidente, el tema está cerrado y fue solo un mal sueño.
ADENDUM
- Más del rubro de la aviación. El tema Mexicana dará mucho de que hablar este y el otro año, por ahora el problema entre trabajadores de la extinta empresa es lamentable y desagradable. Frente a la venta de activos, se ha dado un desacuerdo entre diversos sectores de los trabajadores, que no logran ponerse de acuerdo en la forma en que se repartirá el producto de la venta de las marcas y algunos otros activos, un desacuerdo que podría romper la idea de igualdad entre trabajadores, que en teoría debería mantener cohesionada a la clase trabajadora.
- Felipe Calderon no tiene de que preocuparse ahora que han declarado culpable de diversos delitos a Genaro García Luna en Estados Unidos, podrá decir en su defensa lo mismo que dijo López Obrador sobre René Bejarano, cuando se vio envuelto en el tema de los fajos de dólares que le entregó Carlos Ahumada: que aunque suene increíble, no sabía lo que hacían sus colaboradores más cercanos y no habría porque creérselo a uno y al otro no. Así nuestro país.
