Opinión

De memoria

Sabio y bueno…

Por Carlos Ferreyra
Una semana, dos semanas mirando el verdor de las extensas tierras altas del norte poblano. Ni el gélido frío de las noches ni tampoco el agobiante sol logran quemar las plantas. Espectáculo hermoso, de verdad.
Dos semanas en las que intento recuperar la fe en la raza humana y concretamente en los habitantes de este país. Ese, víctima de la cruel ironía de su dirigente supremo que en broma que alcanza niveles sádicos, llama el pueblo sabio y bueno.
Sabio y bueno. En Puebla y sin mediar explicaciones ni justicia, linchan a una abogada veracruzana que sencillamente iba de paso por la entidad. Se proponía visitar a un hijo.
Cuestión de usos y costumbres, dice el ocupante del Palacio Virreinal al referirse a otros linchamientos, moda extendida en todo el país.
Sabio y bueno. Con gran don de la oportunidad, saquean tiendas donde lo más buscado son pantallas de televisión y cajas con cervezas. Incidentes cotidianos que se entreveran con el asalto a vehículos volcados y acá en Puebla, con las reservas huachicoleras de venta libre del combustible robado.
Medidas distintas para justificar a los ladrones, a quienes se erige un memorial tras provocar un desastre en el que murieron 130 personas, cuyos familiares recibirán apoyo económico de por vida.
Sabio y bueno. Los que se niegan a trabajar, los vagos sin oficio ni beneficio, extienden la mano y exigen cada día más. Mientras los médicos, las enfermeras, ponen su vida para salvar la de otros a cambio de poco más de 2,000 pesos mensuales, a los delicadamente llamados ninis les entregan 3,600 cada treinta días.
No hay compromiso en esa prebenda que generosamente reparte Salinas Pliego. No a todos ni siempre pero eso sí, a cambio de modesta comisión que debe multiplicarse por varias decenas de millones de vividores.
Sabio y bueno. El importamadrismo en su máxima expresión. Proliferan las fiestas de barrio, en abierto desafío al bicho mortal, pero confiados en las estampitas sagradas, los escapularios y otras manifestaciones de fe católica. Parece burla, el líder es pastor evangélico.
El aumento de víctimas del virus llega a niveles que superan al resto de países del mundo. Un orgullo, ser los primeros en número de muertos, unos por infección y los otros bajo las balas de los criminales impunes. Mitad y mitad.
Sabio y bueno. En busca de fetiches en qué creer, cambiamos el culto a Malverde por la idolatría a la Santa Muerte que, suena profano, desplaza paulatinamente a la Morena del Tepeyac.
Como ícono sagrado, imagen sustraída de los altares medievales, inunda la fe a los adoradores del mandatario. Unos lo harán por conveniencia, FAckerMan, los moneros, los cantores del coro matutino y desde luego la extensa cola del cometa donde se muestran, ufanos, quienes del discurso presidencial han hecho un escudo contra la justicia.
Sabio y bueno. Instigado por el discurso cotidiano, hoy empapado en consejos morales, hay grupos que preparan la defensa del actual gobierno. Y de su líder.
Mantener el poder es la premisa. Y si en las urnas lo ganaron, el que lo quiera ahora deberá arrebatarlo por las armas. Renacen Los Halcones echeverristas que se alistan para intervenir el siguiente año. Garantizar la continuidad es la aspiración de quienes no aceptan responsabilizarse por el futuro del país.
México, creo en tí a pesar de tu pueblo sabio y bueno…
En la foto, el Club de las voluntades muertas.

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