Opinión

Visiones y perversiones

Eufora…

Carlos Ferreyra

No deja de ser alarmante la exploSión de simpatía y de apoyos que por toneladas se han volcado en favor de la candidatura presidencial de la experta en finanzas Xóchitl Gálvez.
La señora mostrando su vena popular, se deja grabar pedaleando una bicicleta y brincando como niña de escuela primaria, mientras como quien lo hace sin darse cuenta, dirige un coro que repite su nombre.
Ninguna de ambas actividades es mala o criticable, sólo que parte de la triste experiencia actual que no cesa y amenaza extenderse hasta el fin de nuestra historia, podemos pensar que la gente está harta de popiñismos y patochadas graciosas y hoy quiere, como cada sexenio, un aspirante que le inocule el virus de la esperanza.
Quiere saber si recobrará su poder adquisitivo, si le es posible abordar el autobús y regresar a su casa con su salario completo y si sus hijos pueden aspirar y realizar estudios profesionales.
Las amas de casa, una de las caridades presidenciales, al momento de pagar la canasta en el mercado. Quieren certidumbre.
Bronqitos y pedalazos no le dicen a la gente, nada más allá de que es feliz, realizada, y de allí, a convencerse de qué es la Dama del Destino, la Elegida de los Dioses ancestrales y equivocarse soñó hay una línea casi invisible.
Xóchitl debe repensar su estrategia proselitista. Usar un huipil no es suficiente, sólo es competir con laCheimbaun,, señora que arrastra penosamente la imagen de Nuestra Madre Tonanzin advocación, Guadalupana en trapo mal planchado que usa a manera de falda.
La decreciente euforia por un personaje que bien a bien, no conoce la gente pronto estará anulada por la misoginia en el universo político, donde habrá que admitirlo sólo la madre de cada quien merece respeto y veneración.
Ese trato no podemos hacer.o exyemsivo a ninguna otra por lo que la suspirante debe tomar un aire mas formal y decirnos cuáles son los senderos para desatorar los nudos gordianos del Morenismo.
Y que nos dé esperanzas, finalmente de eso hemos vivido toda nuestra historia…

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