El negro panorama de Luis Miguel tras los fracasos de los últimos días 

Por El Pordiosero

Agobiado por la inquietud que su obstinada permanencia en la presidencia del Sindicato Nacional de Trabajadores del ISSSTE provoca, Luis Miguel Victoria no sólo desperdició lo que parece ser fue la última oportunidad de reconciliarse con los trabajadores con la fallida intentona de cancelar descuentos en el turno opcional para pensión y aguinaldo, y se prepara para ver cómo sus proveedores predilectos en vestuario y equipo de trabajo, son dejados fuera de una compra de 400 millones de pesos.

Fue la presión de los trabajadores la que obligo a la Dirección Normativa de Administración y Finanzas, a dar marcha atrás en afectar pensiones y aguinaldo de unos 30 mil que tienen turno opcional. La decisión de no aplicar descuentos para aportaciones estaba tomada, por lo que con igual sigilo dieron marcha atrás, antes de una reunión con el dirigente sindical y la doctora Norma Liliana Rodríguez Argüelles -a quien se pretende perfilar como candidata oficial al liderazgo-.

“Queda claro que no existe ninguna afectación a los trabajadores de nuestro Instituto”, escribió Victoria Ranfla en un comunicado en el que señaló que en una reunión con la Subdirección de Personal se había aclarado que no se aplicarían ajustes a las deducciones a las percepciones de los trabajadores. ¿Por que temió señalar que sí había la intención de suspender las retenciones?

Fue la presión de los propios trabajadores la que obligó a que en un encuentro previo en la Dirección Normativa de Administración y Finanzas a cargo del general Jens Pedro Lohmann, se decidiera continuar con la aplicación de los descuentos normales en la quincena 13 -correspondiente a la primera de julio-.

Cuando Victoria Ranfla y la doctora Rodríguez Argüelles se presentaron en las oficinas de la señora Judith Rojas Velasco, sólo se les comunicó que se mantenían los descuentos normales en los salarios de los trabajadores.

La voz de alarma que se afectarían las aportaciones de los conceptos del fondo de pensión y el aguinaldo en el turno opcional, inició en el área de nóminas, al percatarse que no se aplicarían los descuentos, con lo que se afectaría a más de 30 mil trabajadores del ISSSTE en todo el país.

Con la intención que la medida pasara desapercibida y los trabajadores afectados se dieran cuenta hasta que verificaran sus recibos de percepciones, no se dio la orden por la escrito. Sin embargo uno de ellos revisó la prenómina y se percató que no se aplicaban los descuentos en el turno opcional.

Una vez dada la voz de alarma de lo que venía, la noticia se  esparció como reguero de pólvora. La presión fue tal, que se generaron condiciones para que fuera revocada. Victoria Ranfla y la doctora Rodríguez Argüelles pudieron haber informado que efectivamente se iban a suspender los descuentos en el turno opcional. Al no hacerlo, actuaron de manera medrosa, no como líderes de un sindicato con una membresía de casi 80 mil trabajadores. ¿Cómo lo hubiera hecho Hilario Ramírez Chávez, quien se perfila al liderazgo como candidato independiente?

Una oportunidad así no la volverán a tener en las semanas que faltan -¿Victoria Ranfla insistirá en que será hasta cuando todo el país esté en semáforo sanitario en verde?- para que sea convocado el congreso extraordinario de reforma al estatuto para introducir el voto personal, libre, secreto y directo en la elección de los dirigentes del SNTISSSTE.

Las malas noticias para el presidente del SNTISSSTE no paran: trabajadores de clínicas de medicina familiar en la Ciudad de México se presentaron a laborar sin uniforme, un día después del escándalo del turno opcional. Protestaron porque en los tres años de gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador no se les ha entregado ropa de trabajo, pese a ser una prestación contractual.

Ese mismo día, Victoria Ranfla dijo que en la reunión de trabajo que sostuvieron con funcionarios del ISSSTE, les informaron que ya fue subida a medios electrónicos la convocatoria para la compra de uniformes, de los cuales se les adeudan tres años.

Curiosamente el dirigente sindical señaló que la ropa de trabajo que se entregue debe cumplir los requisitos de calidad. Dejó ver que las empresas proveedores predilectas durante más de 10 años, serán dejadas fuera en esta ocasión.

En la columna Perlas Sueltas del pasado viernes, incluimos una fotografía de Victoria Ranfla y de Sergio “El pollo” Moreno, la que en abril de 2017 -cuando el primero buscaba ser reelecto para cuatro años más de gestión- fue utilizada en un espectacular colocado frente a la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado (FSTSE), para denunciar la complicidad con los proveedores de uniformes y ropa de trabajo.

“El pollo” Moreno es socio de Luis Francisco Molleda Cámara, cuyas empresas han sido las proveedoras de uniformes en el ISSSTE, por lo menos desde la gestión del panista Miguel Ángel Yunes. En la última licitación en 2017 y que incluyó 2018, por adjudicación directa se les entregaron pedidos por más de 400 millones a TechTex, S.A. de C.V., Siquer Internacional, S.A. de C.V. y Grupo Romay, S.A. de C.V., las cuales forman parte del consorcio.

Trabajadores, denunciaron en su oportunidad que los uniformes que se les entregaban eran importados de China y que no reunían los requisitos de calidad previstos en las convocatorias a licitación. Nunca se aplicaron sanciones.

Durante los ocho años que Victoria Ranfla ha sido presidente del SNTISSSTE, la estratégica secretaría de uniformes y ropa de trabajo, la han ocupado los ex secretarios generales de la sección IV “Clínicas de especialidades”, José Luis Miranda Rodríguez y María de los Angeles Alvarado Santos, la cual controla desde hace más de 30 años.

Y todavía le falta la confirmación del sustituto de Luis Antonio Ramírez Pineda.