Opinión

Agenda sindical

¿Por qué no transitamos mejor a un régimen parlamentario?

por Carlos Carral Hernández

 

No me había dado cuenta que este diciembre de este año cumplo 16 años escribiendo columnas de opinión, la oportunidad de hacerlo la encontré en Eliseo Lugo Plata (QEPD) y Filiberto Gallardo Castañeda, en un diario impreso del que el primero era por aquellos años el Director General y el segundo, de quien tengo el placer de mantener su amistad, el Coordinador Editorial, lo agradezco infinitamente, porque esa oportunidad me la dieron ellos sin conocerme, una puerta que ni mis amigos que estaban en otros medios me quisieron o pudieron abrir.


 

En estos años de labor, nunca me he sentido censurado, o soy muy bueno o soy muy gracioso, pero jamás me han dicho no te publicaremos en esta ocasión por que tu texto es incomodo.

 


Solo hubo una ocasión que no me han publicado en todo este tiempo; durante mi segundo año de columnista, en que por coincidencia también se celebró el aniversario de ese diario del que fui columnista, se me pidió un artículo para el número de aniversario, el tema era el presidencialismo, mi propuesta era pasar a un régimen parlamentario, el presidencialismo es complicado, corrupto y lleva en mucho a la concentración de poder, en resumen, es el régimen donde la hora del día es la hora que diga el señor presidente, el artículo nunca fue publicado, tal vez pareció muy malo, fuerte o hasta aburrido, no lo sé.

 

Hoy, con la propuesta del presidente de desaparecer los diputados y senadores plurinominales, el tema adquiere relevancia nuevamente, a lo que hay que sumar la concentración del poder para organizar las elecciones en un organismo electoral federalizado.

 

La representación proporcional es un tema necesario en las democracias modernas, aunque no hay mucha diferencia en lo que trae la gente de los distintos partidos, es necesario que las minorías y las disidencias estén integradas en el ejercicio del poder, tal vez no incidirán en la toma de decisiones, pero sí pueden ser candados para las mayorías.

 

Estoy de acuerdo parcialmente en la propuesta, deben desaparecer los diputados y senadores por lista, ya basta de estar viendo como los mismos de siempre, sus esposas o hijos, desfilan por las cámaras bajo el principio de representación proporcional por la vía plurinominal, para que damos nombres, lo mismo pasa en el PRI, PAN y MORENA, que en toda la chiquillada.

 

Deben desaparecer los famosos “pluris”, pero se debe crear un sistema de primeras minorías, para que quien tuvo el mejor porcentaje aun perdiendo, su fuerza esté representada realmente, pues aun con un resultado adverso esa persona saldría a la calle en busca del voto de los electores y no porque ocupa un lugar privilegiado en la lista plurinominal, sentado o sentada en un escritorio de una oficina partidaria.

 

El tema de un sólo órgano electoral federal es riesgoso, la concentración de poder nunca ha sido buena, no hay que ser sabios para saber que cada gobernador incide mucho en el órgano electoral local, así como el presidente de la república en la autoridad federal, claro con algunas excepciones, pero incluso ese juego de poder es equilibrio entre el rey y los virreyes.

 

¿Qué sería una verdadera propuesta?, dejar el régimen presidencial y pasar a un régimen parlamentario, los diputados adquirirían un papel central y con ello se recuperaría la discusión en el cuerpo legislativo y sólo quien tuviera mayoría de diputados podría ostentar el control de la función ejecutiva bajo la figura de primer ministro, una vez perdiendo la mayoría    legislativa se perdería la posibilidad de tener el gobierno, creo que no hay nada más justo que eso.

 

Sí tanto les gustan las coaliciones electorales y de gobierno, esta figura es además de natural, necesaria en el parlamentarismo, la idea de dar estabilidad al gobierno, cruza inevitablemente por la construcción de coaliciones legislativas. Definitivamente el parlamentarismo tiene muchas más ventajas que lo que propone el presidente.

 

 

ADENDAS:

 

  1. Ya casi llega la fecha para que se realice la revocación de mandato, la verdad, que flojera da todo este proceso, no abona nada a la sociedad, por el contrario es solo pan y circo para el pueblo. López Obrador fue electo para 6 años, que los termine, pero una vez que los concluya, que se vaya a buscar otro cargo o al retiro que dice realizará cuando se concluya su periodo, no hay mucho que pensarle, la revocación de mandato tiene otra finalidad, demostrarle a la oposición que aun se puede ganar en las urnas y motivar a la sociedad a seguir apoyando con su voto al presidente.

 

  1. La Corte anuló el plazo de 10 años como mínimo para que funcionarios federales, no puedan laborar en la iniciativa privada después de terminado su encargo, estableciendo que era un plazo desproporcionado que atentaba contra el derecho de libertad laboral, es mucho tiempo, pero un año solamente como muchos pretenden algo inconveniente, lo ideal es un lapso de tiempo al de la duración del gobierno que les dio el nombramiento, es decir,6 años; no hay garantía de que al término del gobierno las relaciones benéficas terminen, pero sería un poco más difícil. Quien no quiera aceptarlo, simplemente que no se contrate para trabajar en el gobierno.

 

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*Abogado Postulante y Director de la Escuela para la Formación Política y Sindical A.C.

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