Tumba-burros Digital

Seguridad Social Digital

Desde hace algunos años y ante la disrupción tecnológica visualizada a través del ámbito digital con tecnologías como: Internet de la Cosas (IoT), Blockchain, Big Data, Cloud computing, Inteligencia artificial, Realidad virtual, Ciberseguridad, entre otras

Luis Escobar Ramos

 

Así como el auge de las redes sociales y las plataformas digitales, se ha conformado un nuevo entorno al que se le ha llamado “DIGITAL”, en el cual se desarrollan una multiplicidad de actividades y labores (nuevas formas de trabajo) que han resuelto una serie de necesidades de las sociedades, sobre todo las más avanzadas, en las que el desarrollo tecno-científico-productivo materializado a través del conocimiento y la innovación están generando la denominada “ECONOMÍA COLABORATIVA”, en la que millones de personas están inmersas de forma consciente y otras sin siquiera saberlo, de igual forma, esta tendencia ha permeado, aunque a un ritmo más pausado en los países que no cuentan con niveles de industrialización importantes.


 

Es en este contexto, en el que como sociedad y de manera particular las organizaciones sindicales, las autoridades laborales de los distintos gobiernos y las organizaciones no gubernamentales, entre otras entidades, debemos hacer frente a estos desafíos laborales y de seguridad social, que exigen a ésta última estrategias para seguir la velocidad de los cambios y transformación, que pudieran tener como resultado una exitosa adaptación.

 


Es evidente que ante tales acontecimientos derivados del avance tecnológico y como parte de una estrategia del capitalismo global han surgido en el entorno mundial esfuerzos aislados de organizaciones que plantean la necesidad de generar política pública, legislación laboral y de seguridad social y planes y programas que permitan afrontar esta vorágine social, ya que de no hacerse estará en constante riesgo no sólo el ser humano en lo individual, sino el bienestar de la sociedad en su conjunto.

 

Una de las organizaciones que se ha preocupado por el rumbo que vienen tomando las cosas es la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que en este sentido ha venido alertando para que la evolución tecnológica y las nuevas formas de trabajo no sean el pretexto para que se disminuyan derechos, se precaricen los empleos o se elimine la seguridad social a que los trabajadores y sus familias tienen derecho, ya que ésta es un derecho humano y vehículo para el acceso a la cohesión social, la inclusión política y la prevención y alivio de la pobreza. Una herramienta que la OIT ha proveído es el “Convenio 102”, que es la norma mínima de seguridad social.

 

Se han planteado las nuevas formas de trabajo como “EMPLEO ATÍPICO”, no obstante, detrás de este concepto convencionalista se encuentran fenómenos como la informalidad, el subempleo, la figura de “socio colaborador”, que representan graves afectaciones y deterioros en el ingreso y en consecuencia en el nivel de vida de los trabajadores.

 

Con el objetivo de eliminar las brechas y limitaciones existentes es que la OIT plantea que las normas de seguridad social, ante la inseguridad laboral y de ingresos motivada por las transformaciones en los empleos, el aumento de la desigualdad y el deterioro económico, deben orientar al establecimiento de prestaciones mínimas para los miembros de las sociedades, es así como nacen los ya famosos conceptos de “Piso de Protección Social y Renta  Básica Universal”, de los cuales debo reconocer que no soy partidario, debido a que en lo personal los ubico sólo como medidas de contención que pueden ser válidas quizá, siempre y cuando sean utilizadas de manera transitoria y como parte de una estrategia que haga frente al entorno actual.

 

Como parte del análisis y futuras soluciones sobre el tema que abordamos, es fundamental desentrañar lo que se ha nombrado como “las nuevas formas atípicas de trabajo”; así también, los fenómenos forjados por ellas, como son: la informalidad, el subempleo y el trabajo en plataformas digitales, que hasta el momento tienen como resultado la disminución de salarios y con ello su precarización, la eliminación de prestaciones, dentro de ellas las de seguridad social, la atomización y desmantelamiento de la organización gremial de los trabajadores (Contratos Colectivos de Trabajo). Lo cual es parte de la ola globalizadora que hemos vivido desde hace ya varias décadas en el mundo y que como parte de sus objetivos, los empleadores buscan o logran evadir sus obligaciones y responsabilidades con sus trabajadores, al punto de hacerse invisibles en la relación de trabajo y en los compromisos que esta conlleva.

 

La siguiente semana continuaré abordando este tema, FELÍZ Y SEGURO PUENTE DE SEMANA MAYOR.

 

 

 

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