Opinión

México con una reducida tasa de trabajadores sindicalizados, con sólo 5 millones organizados

Solo el 12 .7 por ciento de la población económicamente activa del país, forman parte de un sindicato

José Alfredo Covarrubias Aguilar / Secretario General del SINACTA.

 

–   ¡Afíliate al sindicato!


–   ¿Pa´qué?

Rechazo, indiferencia o hasta insultos son las reacciones de los jóvenes cuando se les invita a formar parte de una “asociación de trabajadores constituida para el estudio, mejoramiento y defensa de sus intereses comunes”, es decir, un sindicato.

Algunos entrevistados sugirieron seguir el ejemplo de los patrones y usar palabras como cámara o asociación para definir a sus organizaciones, evitando a toda costa la palabra “sindicato” y así lograr mayor empatía de la población. No estoy de acuerdo, sería un insulto para todos aquellos que han puesto en riesgo su trabajo, su integridad física, la seguridad de sus familias y hasta su vida por defender su dignidad.


En la charla cordial entre trabajadores, es frecuente escuchar que la mayoría de ellos desconoce cuáles son sus derechos laborales y de seguridad social; incluso cuando encuentran un trabajo tienen miedo de preguntarle a sus empleadores cuántas horas deben de trabajar, qué días van a descansar y a cuánto ascenderá su pago, aceptando bajos salarios y condiciones imprecisas.

Varios profesionistas en distintas materias expresaron: “en la carrera nos deberían de enseñar a qué sueldo, prestaciones y condiciones de trabajo tenemos derecho, porque llegamos sin saber nada de eso…”

Desconocen, por ejemplo, qué la duración máxima de la jornada de trabajo es de 8 horas, que hay días de descanso obligatorio, que tienen derecho a vacaciones y a la participación de utilidades. Más aún, desconocen que esos derechos fueron ganados por trabajadores que se organizaron para defenderse contra los abusos de los patrones y que muchas y muchos trabajadores, por esa razón perdieron la vida.

Hoy los derechos mínimos están expresados en la Constitución Política, en diversos convenios internacionales y las leyes vigentes; en los contratos colectivos y condiciones generales de trabajo se consignan mejores derechos y prestaciones, pero ¿Cuántas personas los han consultado y cuántas los han comprendido? ¿Cuántos saben que el trabajo es un derecho y un deber social y no es un artículo de comercio?

Cada 8 de marzo conmemoramos el Día Internacional de la Mujer y el primero de mayo de cada año evocamos el Día Internacional del Trabajo, ambas fechas se refieren a la lucha de las trabajadoras y trabajadores por conseguir una de vida digna a cambio de sus servicios, o como lo consigna la Ley, por un trabajo digno o decente.

 

La Organización Internacional del Trabajo reporta que los países con mayor tasa de sindicación son Islandia, Dinamarca, Suecia, Finlandia y Noruega, con afiliación sindical superior al 50% de la población trabajadora, siendo también los de mejor calidad de vida del mundo, según el blog de economía y finanzas Bankinter.

En México, la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del INEGI, revela que sólo el 44.8% de los trabajadores laboran en el sector formal, de los cuales únicamente el 12.7% están sindicalizados. Es decir que de los 60 millones de mexicanos que integran a la población económicamente activa (PEA), sólo 5 millones reciben los beneficios o perjuicios de los sindicatos.

La baja sindicalización, la desconfianza de los trabajadores hacia los sindicatos, el desprestigio logrado por los sindicatos corruptos, el miedo a ser despedidos y reemplazados por muchos candidatos en espera de una oportunidad, la oposición empresarial de la creación de sindicatos –a pesar de manifestar lo contrario en el discurso– y la ignorancia de las normas, son algunas de las causas que están frenando los resultados de la reforma laboral impulsada en el actual gobierno y explica en gran parte la precariedad de derechos laborales y la baja calidad de vida de la mayoría de los mexicanos.

Destacados economistas, entre ellos Walter Nicholson, en su libro Teoría Microeconómica y David Fairris en su obra ¿Qué hacen los sindicatos en México? señalan que los sindicalizados tienen mayores salarios y mejores prestaciones que quienes no lo están, además de alcanzar mayor productividad.

Los países integrantes de la OIT coinciden en que uno de los principales derechos de los trabajadores es la sindicalización. En el 2019 se modificó la Ley Federal del Trabajo enfocada a un nuevo modelo de justicia laboral y nuevas reglas de democracia sindical y negociación colectiva.

Son tan evidentes los beneficios de la sindicalización que no se ven. Falta que los trabajadores se concienticen, desde los obreros hasta los profesionistas, para que no sean engañados y exijan sus derechos.

Quien los emplea no les está haciendo un favor, está aprovechando su fuerza de trabajo y generando ganancias que deben ser repartidas justamente. El cumplimiento de las reglas favorece a todos, a los trabajadores, a los empresarios, a la sociedad en general.

Los sindicatos tienen un compromiso pendiente, promover la protección de todos los trabajadores, no sólo de sus representados. ¡Afíliate al sindicato! Afíliate para el estudio, mejoramiento y defensa de tus derechos comunes, para que mediante la negociación colectiva se logren mejores condiciones de vida.

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